Jesús sana hoy
Marcos 1: 40-42
40 Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús, y poniéndose de rodillas le dijo:
—Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
41 Jesús tuvo compasión de él; lo tocó con la mano y dijo:
—Quiero. ¡Queda limpio!
42 Al momento se le quitó la lepra al enfermo, y quedó limpio.
¡Claro que Jesús dijo quiero que seas sano!
Precisamente él vino para sanar toda dolencia.
Cuando le trajeron un paralítico para ser sanado Jesús dijo:
Marcos 2: 9-12
9 ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: “Tus pecados quedan perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”?
10 Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Entonces le dijo al paralítico:
11 —A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
12 El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos.
Jesús vino para perdonar nuestros pecados, para sanar nuestras dolencias, y para librarnos de toda esclavitud del diablo.
La enfermedad tomó lugar por causa del pecado y este por el engaño del diablo al hombre; y ahora el Hijo del hombre, el representante de la humanidad, quita el pecado, sana las dolencias y nos hace libres del poder del diablo.
El apóstol Pedro sabía muy bien que esto era así.
Lo vivió cuando Jesús sanó a su suegra: Marcos 1: 30, 31
30 La suegra de Pedro estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús,
31 y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos.
Pero una vez que Jesús murió, resucitó y ascendió al cielo, Pedro mismo fue usado por el Señor para sanar enfermos: Hechos 3: 6-8: 6 Pero Pedro le dijo: —No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
7 Dicho esto, Pedro lo tomó por la mano derecha y lo levantó, y en el acto cobraron fuerzas sus pies y sus tobillos.
8 El paralítico se puso en pie de un salto y comenzó a andar.
Y no negó que había sido un milagro hecho en el Nombre de Jesús: Hechos 3: 16 Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.
Pedro siempre enseñó que Jesús vino para sanar, él dijo: Hechos 10: 38, 39
38 Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él,
39 y nosotros somos testigos de todo lo que hizo Jesús.
Y también:
1ª Pedro 2: 24 Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
Ciertamente Jesús es Dios hecho hombre y tiene poder para sanar.
Jesús no cambia, él es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Y Dios siempre ha sanado las dolencias y enfermedades de los hombres.
Dios le dijo a su pueblo cuando los sacó libres de la esclavitud de Egipto «yo soy el Señor tu sanador» Éxodo 15: 26.
Y el profeta Isaías profetizó que cuando viniera el Dios hecho hombre, el Salvador, también sanaría nuestras enfermedades, Isaías 53: 4, 5
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Hoy la Iglesia creemos que Jesús sana y oramos en el Nombre del Señor por aquellos que sufren por causa de dolencias y enfermedades, Santiago 5: 14, 15
14 Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite.
15 Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Oramos con fe como nos enseña Santiago y Pedro, y como nos enseñó Jesús que nos dijo: «Si puedes creer, al que cree todo le es posible» Marcos 9: 23.